de vos e de mí la Fortuna, / non que nos fuerza, mas que la forzamos". La arrogante proclama "non los agüeros, los fechos sigamos" es ya, de por sí sola, todo un manifiesto del racionalismo renacentista. (Y, por cierto, ¡cómohancambiadolostiempos!;mientrasenelcondedeNieblalaapelación a los hechos significa un desafío al destino, una arrojada y arrogante incitación a quebrantar las cadenas de la inercia y la fatalidad, y, en fin, una voluntad insumisa; hoy, en cambio, los hechos son apelados como
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CAMBIARI.1 - Mudar, alterar, poner(se) de manera distinta a como estaba