ceñida a términos propios de ese orden práctico en que solemos razonablemente hablar de medios y de fines, más bien hace pensar en esa clase de estados endémicos de hostilidad, en esas configuraciones antagónica que constituyen todo un modo de ser, una condición y una fisonomía. Dealgunamaneracabría,pues,decirqueelirlandésdelIRAes irredentista casi como el fenicio es navegante y el turcomano es predador. Un viejo luchador que jamás se haya acercado un punto a sus fines declarados, que jamás haya extendido su dominio más allá de su medio, pero