recibían sendas bielas unidas al bastidor para acolchar el tremendo retroceso. Para tomarle el calibre, le atravesé el bastón sobre la boca, haciendo diámetro y tasando con el dedo. La longitud que me resultó desde la contera del bastón hasta donde le tenía puesto el pulgar se me antojó-desdeluego,aojodebuencubero-superioralos420milímetros, que es el calibre más grande de que yo haya oído hablar. El peso, esto nos lo dijeron, era de 100 toneladas, mientras que la dotación de artilleros requerida para mantenerlo en situación de fuego eran 36 hombres. Estos