y el uso de los hechos como "veras prenósticas" y su petrificación como "abusiones". Así, las hoscas y cerradas amonestaciones sobre la testarudez de los hechos, la irreversibilidad de los procesos, lo inconmovible de larealidad,reiterativashastalofastidioso,semevanantojandocadavez más sospechosas de constituir realmente, bajo el siempre tan prestigioso barnizado de la racionalidad y la objetividad, el caballo de Troya con que la fuerza y el poder intentan expugnar los últimos reductos de la ciudadela