toda su buena voluntad en hacer una defensa limitada de la teología de la liberación; defensa en la que, aun aceptando los errores, apelaba a la considera hacia los muchos que, desde la pobreza y la injusticia, tienen cifradaenesateologíasusesperanzas;conlocual,sinquererloniadvertirlo, el bienintencionado defensor venía a sustentar, de modo implícito, la proposición, perfectamente cínica, de que una doctrina puede merecer ser defendida, ya que no a causa de una verdad de que carece, sí por la calidad