son más que dos campesinos. Y eso, nada más que eso, serán ya los Maffei por muchísimos años. Quizá para siempre. (El Padre inicia marcharse, pero Maffei le detiene.) MAFFEI.- Padre, yo no soy culpable de nada. Acabo denacerahorafrenteamimuerte.Siemprehevistoúnicamente el mañana que tú me indicabas. Pero ahora soy sólo una mirada que ve hacia adentro, hacia dentro de mí. Y allí estoy yo que me devuelvo otra mirada acusadora.