azote su marido. MAFFEI.- Son nuestras cosas familiares. MONTESECCO.- Para mí todo eso es Dios. El Dios con el que queréis siempre amedrentarnos. Y lo habéis conseguido; aunque en mala ocasión para vosotros. Yo veo y oigoaDiosaquí,ynomatarécuandolotengadelante. MAFFEI.- ¿Y tus hombres? MONTESECCO.- Mis hombres sólo harán lo que yo haga. Y yo no lo haré. Decídselo al Cardenal. Que me ponga