abre. Isabela, fatigada, convulsa, se adelanta.) LUCRECIA.- ¡Isabela! ISABELA.- (Gritando.) ¡Han matado a los Médicis! (A Antonio se le cae de la mano el recipiente que sostenía. Chocaconotroylosdosseestrellanenelsuelo.) CUADRO III (Callejón junto a la botica de Antonio di Prato. Llega, fugitivo, jadeante, Esteban Maffei. En la misma situación del cuadro primero,