y le dejan sin la frialdad necesaria para comprenderlo. FRANCISCO.- ¿Estás arrepentido? JACOBO.- No digo eso. FRANCISCO.- Aunque fuésemos estúpidos nosotros, no lo es el Cardenal Riario. El plan que ha trazado es perfecto. JACOBO.-Nolodudo,peroenestacircunstancia,en este momento, es natural que no esté tranquilo. FRANCISCO.- Ayer lo estabas. O disimulabas mejor. JACOBO.- No disimulaba. Pero ayer era otra cosa. La