recibido cordialmente y se cambiaron los presentes. FRANCISCO.- ¿Viste de cerca a Lorenzo? MAFFEI.- La sonrisa iluminaba su rostro. Es la primera vez que veo al Magnífico y he sentido que se me oprimíaelcorazón.Noalconocersurostro,sinoalcontemplar su sonrisa. Qué frágil es siempre el porvenir del hombre y cómo parece un niño cuando su destino está en manos de los demás. JACOBO.- Bien, padre Maffei... MAFFEI