ni en el tiempo que corre en contra nuestra. Pienso en ti, en tu vida y en tu salvación. Tú, que tantos crímenes has cometido, que te vanagloriabas de ello, ¿por qué retrocedes ahora ante una acción tanlimpiadeculpa?¿Quizánoteatrae,comotúpiensas, la violencia, sino el mal? Piensa también en ti mismo. No pienses como nosotros, en Florencia, en Roma, en la Iglesia. Sigue siendo tú mismo, como lo has sido siempre,