para compensar con el número la falta de destreza. Bagnone tampoco tendrá dudas ni inquietudes. Pero tú... MAFFEI.- Yo tampoco, señor, creedme... No dudéis de mis palabras ni de mi decisión. Siento ahora, en este momento,unagranserenidad.Meacompañaráhastamañana. Nunca como ahora había experimentado el infinito descanso que supone estar en el seno de la Iglesia y con qué confianza y seguridad puede actuar un hombre que se ve liberado del