alguien, aunque sea un drogadicto de mierda como el Barbas, pueden ser incómodas, ¿verdad? JOSE.- (Aliviado de empezar a entender.) ¡Ah! ¡A eso has venido! (A los otros.) ¡Ya empezamos con las amenazas! Te apetecíajugarunratito,¿no?Tenernosaquímuertosde miedo y suplicandote. Pues vas listo. ¡Lo que es yo! Me gustaría saber cómo vas a probar que... (Miguel le observa con ostensible interés de científico, que acaba de dejar a Jose sin