cosmopolitismo y modernidad. Pero aquellas protagonistas de las novelas, que se veían obligadas a trabajar, habían recibido casi indefectiblemente una educación esmerada, eran inteligentes, eficaces, guapas y sensibles, y por eso podían llegar a llamar la atención de un hombre de clase social superior. Seexaltabamucholafiguradelasecretaria,queeradehecho una de las profesiones más extendidas en la postguerra, y que la Sección Femenina recomendaba como particularmente idónea para la mujer. En un poema de Francisco Javier Martín Abril,