(Va hacia él, violento.) ¡Lo pretendes desde que nos conociste! En cuanto viste cómo era, pensaste que la mujer imposible capaz de besar tu muñón podía ser ella. (Colérico.) ¡Dime tú la verdad también, relojero! ¿Tehasacostadoconella?¿Tehaacariciadopiadosamente las cicatrices? (ROSA se levanta, sombría.) [ DIONISIO.- Néstor, esa pregunta... NÉSTOR.- (Que advierte el movimiento de ella, se vuelve