había una mesa muy larga de fórmica o malaquita, yo no sé, a la que se sentaban no menos de doce prepotentes caballeros cuyas caras se me confunden en el recuerdo, probablemente porque estaba yo entonces muy nervioso. El caso es que, siempre precedidos pornuestroacompañante,recorrimosladistancia que nos separaba de la mesa de juntas, ante la cual nos detuvimos y doblegamos las cervices en prueba de sumisión y respeto. A esta salutación respondió cada uno de los
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RECORRER - Atravesar un espacio por toda su extensión