pasar? ¿A mí? Renato sonríe: cierto, es impensable. El viejo continúa con buen humor, quitandose la pelliza: -Una tarde estupenda. Estupenda. Andrea, estupefacta, pasa a la cocina para servir lacenaenlamesayapuesta.Elviejodespliega un espléndido apetito y bebe un poco. Renato y su mujer intercambian miradas de asombro. Ya acostados, apagadas las luces de la casa, Andrea no puede más: -Verdaderamente,