viejo, susurrando, paladeando el diminutivo y pensando en la fuerza de su buena estrella, que inspiró la decisión de Andrea. Hasta le parece, mirando esos ojitos ahora pícaros, como si el niño lo comprendiera todo. ¿ Y por qué no ? ¡ Todo es posible cuandosoplaelbuenvientodelasuerte! Tímidamente avanza un dedo hacia la mejilla infantil. No recuerda haber tocado jamás la piel de un niño tan pequeño. Si acaso cogió alguna vez a los
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SOPLARI.2 - Moverse el viento de forma que se note