absurdo que había detrás del ventanal: la cortina grisácea y persistente de la lluvia? Peter giró sobre su asiento, dio la vuelta sin levantarse y le ofreció a Jano aquella sonrisa generosa y natural, tan suya: --¡Vayatarde,amigo!Pasa,pasaysiéntateahíen la butaca. Jano se extrañó al ver el rostro del pintor ligeramente sonrosado y animoso, a pesar de la progresiva delgadez y de aquella mirada hundida y azufrosa de las
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SENTARI.1 - Colocar(se) apoyado en algún sitio descansando sobre las nalgas