sonrisa. Tía Elisa se dirigió a ella con aquel tono enérgico con que solía hablar a las criadas: --¿Ha venido el señorito? --Acaba de llegar --respondió solícita aquella vieja mujer que se había ocupado de llevar la casa desde la muertedenuestramadre.Despuéssaludócontimideza Bene, que se rezagaba más y más para contemplar cuanto la rodeaba. Caminaba despacio, volviendose en todas direcciones y haciendo comentarios sobre la casa que incluso a mí
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SALUDAR - Decir palabras de cortesía en el encuentro o despedida