muy complicados. Hemos llegado más atrás, hasta cuando el universo ardía a cien mil millones de grados y ni siquiera había gravedad. Quisiera comprender dónde podría estar Dios en esos momentos. (Ramón va a responder, pero Ernesto se apresura a adelantarse.) ERNESTO.- ¿Qué importa? En alguna parte, ¿no? El caso es que ahora existe San Pedro, los Bancos, los científicos que investigan, mujeres maravillosas que son un regalo divino y padres