casa de la Emilia. --¿Un registro? --dijo él aparentemente sorprendido--. No, ¿por qué? ¿Han registrado tu casita, bombón? --No, no, señor comisario, nada de eso --me apresuré a decir--. Era sólo mi natural afición a las cuestiones procesales. --Tu natural afición a estar donde nadie te llama es lo que me tiene a mí muy consumido --dijo el comisario mirandome con ojos no tanto iracundos como