último declaró: «Ustedes tendrán seguramente dos estaciones, la de lluvias y el verano, pero calor todo el año.» De la boca para afuera y ante los amigos yo desaprobaba a Rossi; pero en mi fuero interno solía acompañarlo de corazón porque sus peroratas daban rienda suelta a sentimientos que trabajosamente y de mala gana reprimíamos. Rossi rechazaba la idea de que algún país del hemisferio pudiera aventajarnos. Un día me armé de coraje y observé: --Sin embargo