de Berlín, el retrato de aquella joven que Karl nos trajo de Alemania después de una de sus vacaciones. Acaso sea por ese retrato por lo que vuelves a mi memoria con la plácida lentitud llena de humedades con que la primavera regresa a tu tierra. Ha sido un poco como irme muriendo sin saberlo, Francesca, como ir desviviéndome. Entre las piedras y las nieves de Monteoscuro mi destino parecía ser el de un perro que lleva en su costado una