de la Tuna universitaria, que interpretan para los satisfechos comensales daneses, belgas o neoyorquinos su pieza predilecta, su éxito inmarchitable, su triunfo internacional: ¡Clavelitos! El desdichado palidece, exige inmediatamente la cuenta al consternado camarero, se precipita a la calle con vivos deseos de vomitar. En previsión de ese tipo de encontronazos funestos, evita las zonas de peligro, asoma prudentemente la cabeza antes de doblar una esquina y si divisa a la gallarda y donosa estudiantina de barbas quevedescas
PAI:076.26
PRECIPITARI - Lanzar desde un lugar alto, acudir corriendo a un sitio