espectador un extraño desasosiego. Un demonio melenudo y un sol estrellado, del color de la tierra recocida, saltaban y giraban sobre una masa pastosa de azules humedecidos y oscuros. Una mujer de negriverde túnica y de manto rojizo y calcáreo alzaba sus brazos sobre una muchedumbre de cadavéricos rostros, de cuerpos envueltos en sudarios. Las lágrimas de Raquel era el tema de aquella escena. Jano no pudo menos de recordar algunos de aquellos enlutados albaneses que se abrazaban el día que llegó a
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ALZARI.1a - (fig.) Mover o dirigir [alguien] [una parte del cuerpo, esp. los ojos o la cabeza] hacia arriba