- ¡Nadie quiere quedarse con ella! RUFINA.- ¡Me están espantando al personal! ¡Dejenme tranquila! NÉSTOR.- [ Perdone, Rufina. ] Vámonos, Rosa. (la toma del brazo y se apartan. ROSA desfallece. NÉSTOR la sujeta.) ROSA.- No tiene derecho... a decir lo que ha dicho. No tiene derecho... [ a herirme. (Suena en el platillo de RUFINA la moneda de un invisible transeúnte