melas Su cabeza lastimera pendía de lado sobre su hombro. Un cabello blanco, triste y cansado se alargaba sobre la solapa de su traje. La cobija había resbalado de sus piernas despatarradas. El maitre, sin cubrirlo siquiera, hizo girar la silla. por primera vez dijo al aire: "Todas las noches ve esta misma película y todas las noches el señor se retira a esta hora". Oí el abrir y cerrar de los batientes del palco; parecían