deslavados se han debilitado y me cuesta muchísimo trabajo entrenarlos, volverlos a la hoja blanca, fijarlos. Me siento frente a la mesa con una cobija sobre las piernas, porque es la única manera de no entumirme y avanzo lenta, trabajosamente. Ahora que quisiera tener una tía Natasha a quien visitar, ha muerto y no sé a dónde volver la cabeza. Adiós Diego, perdona a esta tu Angelina que hoy en la noche, a pesar del trabajo