me entregar el maletín y te ahorrarías un desplazamiento engorroso, para mí sería fatal. --¿Y dónde te vas a esconder? --Aún no tengo muy perfilados los planes, pero es probable que me enrole en un barco y me marche a América. Allí puedo emprender una nueva vida e incluso adquirir, si los hados me son propicios, un cierto barniz de respetabilidad. Quiero dejar aquí bien sentado que la indiscreta garrulería a que me estaba entregando no era en modo